Hay una creencia tan justificadamente heredada como falsa en fotografía: los fotógrafos, a menudo, creen que las fotos “se toman”, como si de un asedio o de un robo se tratara, como una casualidad esperada con pericia por el autor, como una caza, como un préstamo que la realidad nos hace, como un trofeo. Pero, yo al menos, nunca he podido tomar ninguna foto. Solo las espero, las descubro, las construyo…e
Ir al post…