Pareidolia Marina

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Quizá haya una clase de narrativa escrita que toca, que roza la que se gesta dentro de una fotografía. Quizá la cultura en sí misma sea elevar la narrativa al rango de una imagen.

Y quizá la fotografía sea una invitación a mirar detrás de una imagen, a viajar transversalmente en ella y no sobre ella.

Quizá estemos demasiado acostumbrados a “leer una  fotografía” deslizándonos solo en su superficie.

Y, así, nos perdemos algo que excede con mucho su naturaleza referencial.

Hay un cuento de Márquez que está construido especialmente como una fotografía:

Gabriel García Márquez
(Aracata, Colombia 1928—)

El ahogado mas hermoso del mundo

Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado.
[…]
…miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban.