¿No dice acaso Joan Fontcuberta que fotografiar es “mentir bien”?…pues supongo que es cierto, pero no deja de ser una pregunta mas a la que se le puede dar forma de respuesta anticipando el momento del proceso (fotográfico) desde el que uno se pregunte.
Yo lo que me pregunto es si hay fotógrafos sinceros y si es posible hablar de “sinceridad fotográfica”…en todo caso no seré yo el que anticipe ninguna respuesta.
Pero no me parece un mal pretexto trabajar sobre ese supuesto con una cámara en la mano. Mentira y verdad aparte.
Tengo la dubitativa —y necesaria— impresión de que, en fotografía, la “verdad-mentira” no es otra cosa que una “materia” mas con la que la fotografía trabaja. En la misma categoría que la luz, la forma o el cuadro.
Quizá —y solo quizá— haya preguntas sinceras, ¿pero respuestas verdaderas…? Ante la duda, prefiero la pregunta.
En fotografía analógica, química, o como dios quiera llamar a aquella otra manera de fotografiar, había un concepto que se ha diluído en esta opaca y exitosa sopa de técnica que parece engullirnos: era la IMAGEN LATENTE, lo invisible, lo que aún no se ha REVELADO pero está EXPUESTO a la luz.
La “verdad-mentira” de la fotografía, si entendemos La Fotografía como un Proceso, queda atrapada siempre en ese estadío donde nada se ha declarado aún, donde la incertidumbre de la pregunta es la verdadera materia…
La Fotografía no es una religión, ni una política. Es, si acaso, un hallazgo imposible de compartir.