Biopolítica y fotografía: Lo improbable

La fotografía es, sin duda, uno de los instrumentos actuales que mejor sustentan ese cúmulo de “realidades convenidas” por el que nos regimos en los sistemas sociopolíticos actuales.

La biopolítica, si acaso pudiera ser un argumento recuperable de la filosofía de Foucault y aplicable al statu quo actual, esa labor “pastoral” y de custodia (de salvaguarda dirían algunos políticos) que el estado ejerce sobre sobre el individuo dentro del hecho social global, como masa biológica de comportamientos previsibles tuviera –insisto– un pellizco de realidad, entonces podríamos preguntarnos cuáles son los instrumentos mas eficaces para dar consistencia a ese advenimiento de realidades moldeadas y controladas por el poder, y difundidas y sostenidas por la propia red social.

Desde luego y sin despreciar otros muchos, la imagen, la fotografía concretamente, sería uno de los mejores soportes para vehiculizar, difundir, y en definitiva cimentar socialmente cualquier intento de instaurar o modelar universalmente un determinado corpus ideológico.
Es sencillo, aún hoy, crear tendencias sociales si se es capaz de generar las sinergias necesarias entre los medios de comunicación y difusión general de imágenes.

Una imagen sigue arrastrando –ya lo sabemos– esa carga de huella de lo real, de espejo fidedigno de lo acontecido. Pero además lo hace de un modo intercultural con un espectro muy amplio de eficacia.

Solo habrá que “desplazar la suficiente nieve en la cumbre” para que el valle despierte anegado de imágenes interesadas que se sustentarán unas en otras, y hallarán en la mera repetición y en las diferencias de matiz dentro de la abundancia, razón de SER para los argumentos que importen:

Son muchas+son huellas de realidad+son diferentes en matices= Son Reales

Con pequeñas dosis bien dirigidas de esta secuencia guionizada de impactos, es mas que suficiente para crear corrientes que, a su vez, serán también configurables y removibles con facilidad.

Por otro lado, los textos, las palabras, carecen de dos cosas al menos: No tienen por qué ser ciertos y no dejan improntas afectivas ligadas a simbolismos no verbalizados, mágicos en el sentido antropológico del término.
Las imágenes son indefectiblemente dadas por ciertas inicialmente siempre, y al contrario que los textos, se apoyan unas en otras a través de la “diferencia” y no de la repetición como en aquellos.

Así, quizá no fuera demasiado conspiranóico (??) pensar que quien sepa aislar y dirigir los cúmulos iniciales de imágenes, también dirigirá el ánimo de quienes las reciben y, sobre todo el de los que las repiten y remozan (los fotógrafos sobre todo) consciente o inconscientemente.

Por eso en mi opinión es tan importante deconstruir hasta la raíz el lenguaje fotográfico para, así, devolver el poder de la imagen a quienes las contemplan y a quienes las hacen en detrimento de los que las USAN.

También es bueno hablar de una aspecto que quizá sea mas interesante en mi opinión que otros muchos que, desde luego, no cabrían en estas cuatro maltratadas líneas del blog:

Las imágenes, inherentemente, por su propia realidad de procedimiento, parecen amar lo improbable. Lo improbable es justo ese fantasma ancestral amenazante que, por delegación y a través de su papel pastoral y chamánico, lo poderes exorcizan justamente usando las propias imágenes. Los individuos del hecho social quedan así libres de la muerte, la enfermedad, el desasosiego y hasta de la culpa o el dolor.

Muy al contrario las imágenes se “revelan” (como en la fotografía química) y se colocan antes o después del lado de lo improbable. Es en esta cosa donde reside por tanto la esperanza.

Citas:

Wikipedia/Biopolítica

“Dicho poder se ejerce explorando y guiando las almas y conciencias de los individuos produciendo una verdad de sí. El estado moderno subsumió algunas de estas características creando una matriz de individualización, que pretende que esta salvación del individuo se convierta en un aseguramiento de su vida cotidiana frente a la incertidumbres de la reproducción material de la vida”

“La sociedad en su conjunto fue movilizada por el estado y sus instituciones para asumir las tareas pastorales, que son, en definitiva, relaciones de poder que lejos de competir entre ellas, provocan una sinergia eficiente gracias a una adecuada delimitación por parte de las instituciones y las disciplinas en su penetración de los individuos”